LAS CARNES ROJAS – MALAS PARA LA SALUD?
Para quienes
gustan de la carne y de un buen asado cada fin de semana, los recientes estudios
científicos que se han publicados respecto
a que esta contendría ciertos nutrientes como la carnitina, que en alta
cantidad puede ser perjudicial para la salud, no han sido muy buenas noticias.
Es que a las habituales recomendaciones nutricionales de bajar la ingesta de
carnes rojas y privilegiar las blancas, se han agregado un análisis de cuánto
influye su elevado consumo en la aparición de diversos trastornos, algunos de
los cuales quizás nunca imaginamos.
¿cuáles
son consideradas “carnes rojas?
En
general, este término hace referencia a las de mamíferos, como vacuno, cerdo,
cordero o caballo. También los embutidos como longaniza, chorizo, tocino e
interiores. Las blancas son las aves de corral (como el pollo o el pavo),
aunque también incluyen la de conejo, que es un mamífero, y el pescado.
“De
forma general se aconseja moderar o bajar el consumo de carnes rojas, especialmente los cortes con mayor contenido
graso, por su asociación con un mayor riesgo de enfermedades
cardiovasculares como infarto cardíaco y accidente vascular cerebral. Esta
asociación se ha atribuido tradicionalmente al mayor contenido de grasas
saturadas y colesterol, aunque recientes estudios muestran que habría otros componentes alimentarios diferentes de
las grasas saturadas involucrados en este riesgo”.
Carne
a la parrilla
Según explican
los especialistas, el alto consumo de carnes rojas no solo se ha relacionado
con mayor riesgo cardiovascular, sino también con mayor riesgo de cáncer del
tubo digestivo “Las carnes rojas, en particular, aportan gran cantidad de
hierro unido a hemoglobina, que en exceso se ha relacionado también con mayor
riesgo de cáncer de intestino grueso”.
Este riesgo
que también se ha encontrado en carnes rojas y blancas procesadas (jamón de
pavo, por ejemplo), ahumadas o asadas a la parrilla, debido a los compuestos
cancerígenos (compuestos nitrosos, nitritos, aminas e hidrocarbonos) que se
generan en estos modos de cocinarlas. “En este sentido, otra recomendación es preferir el consumo habitual de aquellas no
procesadas, ya sea horneadas o cocidas, en vez de asadas o grilladas”.
Cabe mencionar que es frecuente encontrar un patrón de conducta
asociado a un alto consumo de carnes grasosas como mayor ingesta de alcohol,
sedentarismo y tabaquismo, factores que se potencian para aumentar el riesgo de
obesidad y de enfermedades cardiovasculares. “Por ello, es importante reducir
la exposición a otros factores de riesgo para contribuir a la salud general y
cardiovascular. No solo es comer menos carne, también es poner atención a otros
hábitos poco saludables que podamos estar teniendo”.
¿Entonces
no debo comer mas carnes rojas?
Un
consumo moderado de carnes rojas magras, por ejemplo, 150 gramos o 1 bistec
mediano, 2 veces por semana, no debiera causar problemas. Mientras que en
ciertos grupos, como niños y adolescentes, embarazadas y en mujeres en edad
fértil, el consumo de carnes rojas es
muy importante para cubrir los mayores requerimientos de hierro, vitamina B 12
y otros minerales, que se encuentran en mayor concentración en estos alimentos.
Además, un consumo moderado de rojas magras puede contribuir a una alimentación
saludable por su efecto de saciedad, previniendo un exceso de consumo de otras
fuentes calóricas.
La
proporción adecuada de consumo de carnes rojas para lograr un buen balance
entre el riesgo y el beneficio no está bien definida. Aun así es prudente
recomendar que no más de 1/3 de su consumo provenga de rojas y 2/3 de blancas”
¿Entonces
los vegetarianos no tendrían problemas?
Desde el
punto de vista de la salud, la planificación de una dieta vegetariana debe
contemplar el reemplazo de una gran cantidad de nutrientes esenciales que
aportan las carnes, lo mismo las porciones adecuadas de vegetales para lograr
la equivalencia; las concentraciones de vitaminas, proteínas, cinc y calcio,
entre otras, son distintas en los alimentos de origen animal y vegetal.
Por otra
parte, la calidad y capacidad de absorción de nutrientes tampoco es igual. Tal
es el caso del hierro, el de las carnes es del tipo “hem” y se absorbe
fácilmente, lo que no ocurre con el de los vegetales, “no hem” cuya su
absorción es deficiente.
Por último, los vegetarianos deben priorizar el consumo
de vegetales ricos en proteínas (carne de soya o tofu) para evitar la
disminución o pérdida de masa muscular.
¿Sabías
que el consumo excesivo de carnes rojas se asocia a mayor riesgo de
enfermedades por varios mecanismos?:
Mayor
concentración de grasas saturadas y colesterol en cortes grasos, generando
mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Mayor contenido
de compuestos cancerígenos al consumirse procesadas, ahumadas, asadas a la
parrilla o grilladas, ya sean rojas o blancas.
Mayor
consumo de carnitina y transformación a metilaminas por acción de las bacterias
del intestino grueso. Estas metilaminas aumentan el proceso de aterosclerosis y
el riesgo cardiovascular. Este efecto se produce con un alto consumo de carnes
rojas (ejemplo, 250 gramos al día) y con alta concentración de carnitina, tales
como el cordero.
¿Qué
cortes de carne es preferible consumir?
Debieran
preferirse los cortes magros de carnes rojas tales como posta, tártaro, filete, asiento o pollo ganso, y evitar los más grasosos,
como lomo vetado, sobrecostilla y osobuco.
Que
es lo bueno de la carne Roja?
La carne es una fuente importante de proteínas, de vitamina B12,
hierro, potasio, fósforo y cinc. Entre las funciones de estos nutrientes
destacan el mantenimiento de los
músculos y el sistema nervioso, la prevención de anemia, la conservación de la
salud de la piel, favorecer una correcta visión y la preservación de las mucosas.
De ahí la importancia de que en períodos de crecimiento, como la niñez y
adolescencia, en embarazadas y mujeres en edad fértil, sean parte de una
alimentación equilibrada.
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